En muchas ocasiones hablamos de estrategias de marketing centrándonos en las opciones que nos ofrece Internet o bien en campañas directas sobre soportes tradicionales (prensa, radio, televisión).
El marketing abarca muchas más áreas, incluyendo aquellas que ofrecen beneficios indirectos. En estos casos debemos situar en un lugar destacado el merchandising.
En este artículo te explicamos las ventajas que ofrece una estrategia de merchandising para tu empresa.
Merchandising y branding
No debemos olvidar el motivo del origen del merchandising. Es básicamente una estrategia de branding, con la que reforzar el conocimiento, la popularidad y la afinidad con la marca de un producto o de una empresa.
Para ello aplicamos la marca y a veces también el diseño de la misma, sobre elementos cotidianos que puedan aprovechar los potenciales clientes.
Como es lógico, cuanto más relacionado esté el objeto de merchandising con el aprovechamiento del producto, mayor beneficios de branding se obtienen, aunque no es algo exclusivo.
El merchandising y la reputación
Ofrecer un objeto de merchandising a un cliente implica una acción positiva, siempre va a ser algo bien visto. Difícilmente un regalo, sobre todo si es funcional, va a ser visto como algo negativo.
Gracias al merchandising, construyes una comunidad afín a la empresa y una base de una reputación (que puede derivar al online) en la que la compañía tiene una imagen óptima para el resto de usuario.
No hay que confundir, de todas formas, las propiedades del merchandising con la reputación y gestionar una reputación con merchandising. Eso puede ofrecer el efecto totalmente contrario al que se busca.
Cercanía al cliente con merchandising
El merchandising también abre un camino a una mayor cercanía con el cliente. Si bien la relación natural de una empresa y un cliente es la de compra-venta, el merchandising cambia esto drásticamente.
Se produce un regalo, un obsequio, desde la empresa hacia el cliente a cambio de nada. De esta manera el cliente o posible cliente, siente una cercanía hacia la compañía, una vinculación física a través del objeto que sirve de merchandising.
La cercanía puede o no ser real. Si el merchandising se lo ha ofrecido un empleado, sí es una cercanía que el cliente siente y experimenta. Con esa buena atención se quedará, para en futuras operaciones, confiar en los profesionales que trabajan en la empresa.
En consecuencia, esta cercanía puede generar con altas probabilidades una futura conversión en forma de venta.