La publicidad bidireccional se puede dar en muchos ámbitos. Uno de los más rentables de todos es aquél en el que dos empresas se benefician mutuamente de un marketing que va en relación a la otra.
Estos días hemos podido ver un ejemplo bastante claro entre dos empresas complementarias y de gran calado internacional como lo son Sony y Netflix. La iniciativa es mucho más anterior en el tiempo, concretamente cuando Sony accedió a introducir en los mandos a distancia de sus Android TV un botón de considerable tamaño y posición estratégica, que se identificaba con el logo de Netflix.
La razón de la posición de este botón, que es imposible que pase desapercibido, es que el usuario tenga la máxima facilidad de activar su canal de Netflix y comience a disfrutar de la plataforma, siempre que obviamente se haya suscrito con anterioridad.
Curiosamente, el botón no motiva a los usuarios que no son clientes a no comprar la televisión, sino que no le dan ninguna importancia. Más bien al contrario, motiva la posible suscripción del servicio de Netflix, con el fin de aprovechar todo el potencial de su nueva televisión Sony.
Por descontado, la empresa de tecnología japonesa también saca provecho del marketing bidireccional, dado que Netflix ha publicado los modelos de televisión que más recomienda para ver su plataforma.
Obviamente, en este listado las televisiones Sony con Android y un botón Netfix en el mando a distancia, cobran una gran importancia, hasta ser la mayoría de los modelos que conforman el listado completo.
Supone esta decisión todo un apoyo a la venta de televisiones de Sony, un efecto promocional hacia los aproximadamente 80 millones de usuarios de la plataforma Netflix en todo el mundo, que confirman los beneficios de haber incluido el botón en el mando a distancia. La pregunta ahora es ¿realmente quién sale ganando con esta acción publicitaria por parte de ambas empresas?
En primer lugar, las dos empresas, dado que en ambos casos se consigue un apoyo al branding de cada una de ellas y, en consecuencia, se motiva la compra de sus productos o servicios según el caso.
También sale ganando el usuario o cliente en el caso del marketing bidireccional, dado que dos compañías de gran importancia internacional se esfuerzan por mejorar la calidad de lo que producen y, por tanto, el resultado final es más satisfactorio que si cada una actúa en solitario.