Te llega una notificación al teléfono móvil. Independientemente de que estés en la calle o en casa, coges el móvil y miras la pantalla, para comprobar que se trata de un aviso de WhatsApp. Abres la app desde tu smartphone y compruebas quién te ha enviado el mensaje. Ha sido una empresa que conoces, anunciándote una oferta.

Esta dinámica constante en los mensajes publicitarios de Whatsapp encierra en sí misma una gran cantidad de factores, que justifica el uso continuado, aunque moderado, de esta estrategia de marketing, como una de las que mayor efectividad demuestra en los últimos años.

Éxito del 100% en atención del cliente

Uno de estos factores es el éxito de la apertura del mensaje. Como sucede con prácticamente todas las notificaciones vía smartphone, un aviso de nueva información requiere la atención inmediata del usuario. Si la notificación procede de Whatsapp, la apertura está asegurada, al menos, de la aplicación. Más difícil aunque no demasiado es que el usuario se interese por el mensaje que ofrece el chat con la empresa.

Curiosamente esto no sucede con el correo electrónico, presentando por ello una gran ventaja con respecto a los newsletter más tradicionales. En el caso de los mensajes por Whatsapp, se funde el interés por la app con la cercanía con el emisor.

Un chat que no puede bloquearse

Siempre que el mensaje de Whatsapp haya sido enviado por parte de una empresa que cuente con el beneplácito del usuario, la probabilidad de que abra el mensaje es alta, pero la de que bloquee la cuenta de esa empresa es casi nula.

La razón es que la empresa está utilizando un canal de comunicación con el que el cliente se pone en contacto con ella siempre que lo necesita. Bloquear este sistema implicaría tener que buscar otra forma de contacto, que no siempre resulta sencillo hoy en día. Por tanto, la recepción de publicidad y mensajes promocionales es aceptada como “precio” por poder comunicarse las 24 horas del día desde cualquier lugar con los responsables de la empresa.

Por otra parte, no hay por qué negar la utilidad de este tipo de mensajes. La suscripción a esta información implica que el usuario es un comprador potencial de los mismos, por lo que una correcta estrategia de envío, debería llamar su atención y fomentar la compra del producto o servicio que se le esté ofreciendo.