Hay una tendencia reciente en marketing, sobre todo motivada por las redes sociales y su auge imperante, de transmitir una sensación de positivismo exagerado e imperante. Todo es feliz como si de un utópico anuncio de higiene íntima se tratase. Esto provoca en cambio algunos desajustes.

Por ejemplo, algunos estudios identifican que un alto porcentaje de usuarios en Facebook únicamente publican noticias positivas en torno a ellos. El positivismo mueve a compartir noticias, sucesos y experiencias alegres, anécdotas divertidas o cualquier hecho que pueda generar, como mínimo empatía feliz.

¿Qué sucede cuando hay una mala noticia? Que el usuario desciende su media de tiempo o visitas a la red social. En un mal momento, rodearte de positivismo no siempre es una opción sugerente, por lo que es mejor aguantar el tipo alejándose de estos entornos y acudir a otros sitios más neutrales.

En marketing sucede algo similar. Un positivismo exagerado impide acercarse a situaciones más realistas y cercanas a los usuarios que, no se debe olvidar, son personas detrás del teclado o de la pantalla táctil.

Medidas para equilibrar el positivismo

No indicamos aquí que el positivismo sea una mala estrategia de marketing, sino que debe estar en equilibrio con otros factores que provocan una visión menos utópica de la realidad. Algunas medidas para obtener este equilibrio y, con ellas, conseguir la afinidad que siempre buscamos con nuestros usuarios y clientes finales son las siguientes:

Contenido informativo

Si nos siguen en redes sociales, por newsletter o visitando nuestro website, es muy probable que quieran también informarse sobre nuestros productos o sobre el sector en el que operamos.

Por tanto, el contenido informativo les ofrecerá exactamente lo que están buscando y potenciará más su interés de compra si aquello que encuentran está a la altura de sus expectativas.

Contenido solidario

Hay momentos o sucesos históricos que requieren de cierta empatía solidaria. Algunos días a lo largo del año, con motivo de enfermedades globales o la solicitud de ciertos derechos humanitarios, pueden tener nuestro respaldo a nivel comercial, alejándonos de un positivismo que no tiene cabida aquí.

Del mismo modo, en el caso de sucesos trágicos, desastres naturales, etc. la solidaridad ayuda a humanizar nuestra presencia y, sin enfatizar en un mensaje comercial, permite al usuario, seguidor o cliente identificarse con el contenido que estamos transmitiendo, en lugar de mostrar un mensaje positivo irreal que no tiene cabida en un momento como este.