El primer objetivo que tenemos con una página web es obtener visitas. Ya sea personal o profesional, queremos que la gente llegue al sitio web y registre una visita.
Pero con el paso del tiempo, esta necesidad va evolucionando hacia nuevos objetivos. Por un lado queremos que se queden y, por otro lado, buscamos conversiones. Estas pueden ser simplemente más tiempo en la página, un registro, más páginas vistas o incluso una compra online.
Sin embargo, a veces optamos por estrategias que pueden parecernos interesantes de entrada y, en la práctica, motivan el temido rebote de nuestros usuarios. Debemos intentar evitarlas si no encajan con el perfil de gente que visita nuestra página web.
Poner audio automático en un website
Es una práctica cada vez más en desuso (por fortuna), pero hace un tiempo era común incluir un tema musical a la entrada de una web.
La estrategia deriva de los hilos musicales utilizados en tiendas físicas para amenizar la visita de los clientes. En Internet no ha funcionado nunca y hoy en día es perjudicial.
Los usuarios visitan páginas mientras tienen abiertas otras aplicaciones que pueden tener sonido o mientras están escuchando audios de otras personas. Una reproducción automática no solo les resulta molesta, sino que además les hace ver que no tienen el control en la navegación y terminan saliendo.
Reproducir vídeos sin elementos de control
Una cosa es la sensación y otra la práctica. Una de las experiencias que puede frustrar más a un usuario es que un vídeo se reproduzca de forma automática y, encima, se hayan ocultado los controles del mismo en cuanto a audio, pausa y reproducción.
Estos elementos normalmente son muy molestos y afectan al usuario, siempre que tenga el audio activado en su ordenador o dispositivo.
Salvo que esté en una página web específica en la que el vídeo sea el objetivo de la visita, su utilización solo motivará la huida del usuario.
Invadir de publicidad al usuario
Para muchos websites, por promoción propia o por generación de ingresos, la publicidad online es muy atractiva. Sin embargo, su exceso implica una mala experiencia para el usuario y puede llegar a ser contraproducente.
El abuso de pop ups, ventanas embebidas o desplegables, que en realidad son difíciles de cerrar, entorpecen el ritmo de la visita del usuario y pueden hasta desmotivar que vuelvan en el futuro.