Si atendemos a los reclamos publicitarios de los últimos años, encontramos una tendencia creciente a hablar del pasado, sobre todo el referente al siglo XX. De esta manera encontramos revisiones a mediados y principios de siglo, como épocas en las que nos enseñaban conceptos y elementos que ahora recuperamos.
Este marketing del pasado no es fruto de la casualidad. En todos los cambios de siglo (con más ímpetu en cambios de milenio), se revisa el pasado como tiempos mejores o de los que se puede seguir aprendiendo algo.
De este proceso sociológico derivan tendencias como el vintage, el retro, el hipster y similares. Todos ellos pueden afectar de manera diferente a la moda, el estilo musical, las reuniones sociales o el entretenimiento en general. Pero tienen en común que se basan en la publicidad para darse a conocer.
La diferencia en la época actual es que el marketing, tanto tradicional como digital, tiene un poder de difusión mayor que el que nunca se habría sospechado. Por esa razón los responsables del reclamo publicitario en cualquier sentido aprovechan estas tendencias y las asocian a sus anuncios televisados, banners digitales o vallas publicitarias.
Bajo el concepto de «todo lo pasado fue mejor», cualquier producto o servicio que se beneficie de este tipo de marketing va a tener una doble acogida positiva. Por un lado desde el punto de vista sociológico tiene todas las posibilidades de ser un bien recibido por los clientes potenciales.
Por otro lado, los aficionados reales a estas tendencias, lo acogerán como todo lo nostálgico como la última oportunidad de aprovechar un elemento del pasado que ya creían olvidado e inaccesible.
Ejemplos de marketing del pasado
En nuestro alrededor más inmediato es posible ver este marketing del pasado. En las tiendas de moda, por ejemplo, la vestimenta disfruta de una variedad más apropiada de los años 60.
En el entretenimiento digital una buena parte de la cuota del mercado se lo lleva el correspondiente retro, para el que incluso se recuperan consolas de los años 80 en ediciones limitadas.
En la gestión de contenidos televisivos vemos series enmarcadas en distintas épocas del siglo recibiendo un gran éxito, por encima incluso de las futuristas. Igualmente, Stranger Things, con claro estilo de las películas de los 80 está recibiendo una gran acogida entre el público.
Por último, elementos como los vinilos o los cassettes están recobrando un auge tan inesperado, que algunos grupos musicales vuelcan sus campañas publicitarias en nuevas creaciones basadas exclusivamente en estos formatos. El marketing lo aprovecha y vende más que nunca. Es la gloriosa época de regreso a un pasado reciente.