Desde que la era de Internet 2.0 inició su andadura, cada vez se ha hablado más del marketing de guerrilla. En realidad, no es inherente a la existencia del marketing online interactivo, aunque sí que lo aprovecha al máximo.
El marketing de guerrilla fue identificado como tal por primera vez, por parte de Jay Conrad Levinson en un libro sobre marketing conocido mundialmente como «Guerrilla Marketing: Secrets for Making Big Profits from Your Small Business».
En su título, que se traduce como «Marketing de guerrilla: Secretos para conseguir grandes beneficios de su pequeño negocio», ya encontramos parte de la definición de marketing de guerrilla.
Su conexión a pequeñas empresas o negocios suele vincularse también a una ausencia de presupuesto más holgado. De esta forma, como el concepto bélico de guerrilla expone, ante una abrumadora presencia de publicidad con grandes presupuestos invertidos, el marketing de guerrilla propone pequeñas acciones de bajo coste que, finalmente, ofrecen resultados favorables.
De forma relacionada, también encontramos 2 factores normalmente relacionados con este tipo de marketing, el de la creatividad de la estrategia aplicada y el del destino de las acciones publicitarias.
La creatividad es necesaria para poder ofrecer algo distinto mediante una metodología innovadora, con el fin de conseguir el mayor impacto posible, pese a que no se cuenta con una máquina inversora como las grandes empresas.
Esto, de forma inevitable, obliga a buscar los nuevos entornos de publicidad, ya que los tradicionales, como por ejemplo un anuncio en televisión, no se los puede permitir la acción publicitaria por cuestiones obviamente económicas.
El marketing de guerrilla también destaca por motivar una reacción al usuario, intentar sacar de él una sensación o sentimiento, que le motive a realizar la acción comercial que se busca.
Otras ventajas del marketing de guerrilla
El marketing de guerrilla puede no ser la única estrategia promocional, por lo que sus ventajas son más bien complementarias. Cuando con grandes inversiones se abarca un gran ratio de acción publicitaria, pero para algunos entornos es demasiado abrumador, el marketing de guerrilla es un buen recurso.
De hecho, en Internet una de las prácticas más habituales es aplicar este marketing de guerrilla con un efecto multiplicador, publicitando el servicio o producto de una forma realmente pequeña en comparación a la campaña principal de publicidad, pero en tantos entornos digitales, que pareciera que está en todas partes. Así se alcanza la totalidad del público objetivo.