Todos los usuarios sabemos que el próximo mes de septiembre se presentará el iPhone del Décimo aniversario, conocido popularmente como iPhone 8. Se trata de una cita anual muy importante para los seguidores de la empresa y sus dispositivos, pero este año tiene además el reto de plantear un homenaje a la altura de lo que supuso el revolucionario primer iPhone de hace 10 años.
Apple no suele dar muchas pistas sobre sus desarrollos. El marketing de avance apenas hace acto de aparición en sus estrategias. Sin embargo, esto le conlleva a un peligro potencialmente superior, el marketing de descrédito.
Muchos medios y usuarios influencers con supuesta información privilegiada están adelantando información que no es precisamente positiva en relación a lo que Apple está desarrollando.
El problema añadido es que la empresa opta por el silencio. No confirma ninguno de los rumores o posibles noticias que se están publicando en medios de comunicación de todo el mundo, pero tampoco las desmiente o desacredita, de manera que siguen siendo potencialmente válidas.
Rumores sobre el nuevo iPhone
Algunos de estos rumores alcanzan cotas de crítica bastante altas. Por ejemplo, se habla de una cámara dual colocada en relieve en la parte posterior, lo que impide colocar el teléfono móvil hacia arriba en una superficie plana, sin que se ladee o esté inclinado.
Por otro lado, también se ha publicado un supuesto retraso en relación a la carga inalámbrica, como accesorio opcional posterior que supondrá mayor inversión para el usuario, pese a que anteriormente tendría que haber adquirido un smartphone como el nuevo iPhone por 1.000 euros como mínimo.
¿Juega Apple al despiste?
Mientras estas posibles noticias cobran fuerza o incluso viralidad en Internet, Apple prefiere mantenerse al margen de todo ello y esperar al anuncio o presentación oficial del producto. La estrategia promocional, a largo plazo, les puede salir bien.
Si el dispositivo no incluye ninguno de estos rumores, obtendrá un atractivo superior, cuando sin ellos no habría sido tan sorprendente. Por tanto, puede ser potencialmente un importante gancho comercial con el que atraer a los usuarios que ya estaban convencidos y a aquellos que no tenían clara su compra en base a los rumores publicados.
Sin embargo, esta estrategia tiene un alto riesgo a corto plazo. Apple invierte en Bolsa y la confianza en la empresa recae, en buena medida, sobre las posibilidades comerciales del próximo iPhone. Y la Bolsa no entiende de planes a largo plazo ni de noticias infundadas que no son desacreditadas.