Internet ha modificado la forma de promocionar un producto. En los años previos a su dominio de la comunicación, la televisión era el sistema por el que las empresas debían bombardear a los telespectadores que, en muchos casos, desconocían la existencia de algún desarrollo innovador.
En la actualidad, sin embargo, varios meses con antelación de la presentación oficial de un producto (que no es lo mismo que su fecha de lanzamiento), los usuarios contamos con innumerables filtraciones, más numerosas y detalladas cuanta mayor expectación existe por el producto.
Como ejemplo reciente tenemos el Samsung Galaxy S8, que pocas novedades ofreció en su presentación, entre otras cosas porque la mayoría se habían filtrado. No generó entusiasmo de los seguidores en este sentido, sin embargo sus expectativas de ventas son mayores que nunca.
Las filtraciones y el hype
Internet ha posibilitado el desarrollo de comportamientos sociales, incluso dentro del entorno consumista. Las filtraciones son las causantes principalmente del denominado «hype», que no es otra cosa que el interés desorbitado en torno al lanzamiento de un producto.
Gracias al sistema de reserva online, se puede aprovechar el volumen de filtraciones para intensificar el hype y, con ello, llegar a una fecha de presentación del producto, en el que muchos usuarios deciden realizar la reserva, prácticamente sin conocer de manera fidedigna las especificaciones que ofrece.
El sector tecnológico es el principal beneficiario de este fenómeno, pero no es el único. Las filtraciones y rumores sobre eventos, conciertos, productos de entretenimiento y similares, provocan que millones de usuarios estén atentos a cualquier novedad para realizar su compra anticipada en Internet, consiguiendo así las empresas un volumen de facturación previo a la salida oficial del producto o servicio, impensable hace tan solo unos años.
El peligro de las filtraciones
El único aspecto negativo de las filtraciones son su contrapartida crítica, es decir, que lo presentado no guste a los usuarios. Por lo general, las filtraciones suelen ser positivas e incluso exageradas. Sin embargo, no faltan ocasiones en las que se tumban las predicciones y se atemoriza a los usuarios con un producto con una calidad por debajo de lo esperado.
Esto puede motivar desconfianza a los compradores potenciales, no obstante, una monitorización del hype puede ayudar a los responsables promocionales, para contrarrestar la situación negativa de partida, con algunas pistas potencialmente interesantes del producto, que generen de nuevo esperanza en su buena calidad.